¡Es tan sencilla la santidad!
«… Se ve cada vez más claro cómo complicamos nosotros la santidad y es muy sencilla: nada más que dejarse confiada y amorosamente, en los brazos de Dios, queriendo y haciendo en cada momento lo que creemos que Él quiere. Claro que cuesta, pero eso es una cosa muy buena para que podamos probarle nuestro pobre amor. ¡Qué buenísimo es! (…) Ámele como Él quiere sin buscar nada.
«Seguridad, ni eso», como dice San Juan del Cruz, y ese camino la llevará derecho, derecho allí donde únicamente quiere ir…»SANTA MARAVILLAS DE JESÚS. CARTA A LA M. INÉS DEL NIÑO JESÚS 5-XII-1952