San Juan de la Cruz

La Senda de la contemplación

28. Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal en su servicio,
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio.

SAN JUAN DE LA CRUZ, CÁNTICO ESPIRITUAL B

Adviertan, pues, aquí los que son muy activos, que piensan ceñir al mundo con sus predicaciones y obras exteriores, que mucho más provecho harían a la Iglesia y mucho más agradarían a Dios, dejado aparte el buen ejemplo que de sí darían, si gastasen siquiera la mitad de ese tiempo en estarse con Dios en oración, aunque no hubiesen llegado a tan alta como ésta. Cierto, entonces harían más y con menos trabajo con una obra que con mil, mereciéndolo su oración, y habiendo cobrado fuerzas espirituales en ella; porque de otra manera todo es martillar y hacer poco más que nada, y a veces nada, y aun a veces daño. Porque Dios os libre que se comience a envanecer la sal (Mt. 5, 13), que, aunque más parezca que hace algo por de fuera, en sustancia no será nada, cuando está cierto que las obras buenas no se pueden hacer sino en virtud de Dios.

 SAN JUAN DE LA CRUZ, CÁNTICO ESPIRITUAL B

ANOTACIÓN DE LA CANCIÓN 28

29. Pues ya si en el ejido,

de hoy más no fuere vista ni hallada,

diréis que me he perdido, 

que andando enamorada,

me hice perdidiza y fui ganada.

SAN JUAN DE LA CRUZ, CÁNTICO ESPIRITUAL B

Donde es de notar que, en tanto que el alma no llega a este estado de unión de amor, le conviene ejercitar el amor así en la vida activa como en la contemplativa.

Pero cuando ya llegase a él, no le es conveniente ocuparse en otras obras y ejercicios exteriores, que le puedan impedir un punto de aquella asistencia de amor en Dios, aunque sean de gran servicio de Dios, porque es más precioso delante de Dios y del alma un poquito de este puro amor y más provecho hace a la Iglesia, aunque parece que no hace nada, que todas esas otras obras juntas.

SAN JUAN DE LA CRUZ, CÁNTICO ESPIRITUAL B, ANOTACIÓN DE LA CANCIÓN 29

«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? (…) «. Respondiendo le dijo el Señor: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor y no se será quitada».

LUCAS 10, 40-42